Bañar al bebé por primera vez

El Primer Baño del Recién Nacido: Una Experiencia Segura y Acompañada

El primer baño del bebé es un momento emocionante y muchas veces genera dudas en las familias, especialmente si se trata del primer bebé. Como puericultora, mi rol es acompañar a las familias en cada etapa del crecimiento de sus bebés, ayudando a que cada experiencia sea segura, tranquila y respetuosa de las necesidades del recién nacido. En este artículo, quiero compartir con vos algunos consejos prácticos y claves para que el primer baño de tu bebé sea una experiencia relajada tanto para toda la familia.

Prepararse antes de comenzar

Antes de iniciar el baño, lo más importante es tener todo listo y al alcance de la mano. No debemos dejarlos solos en la bañera ni siquiera durante un segundo, tenemos que evitar salir a buscar algo a último momento porque tendrá que venir el bebé también. 

Esto incluye tener preparado un toallón suave y amplio, el jabón adecuado para su delicada piel, la ropa que le pondremos después del baño, y todo lo necesario para secarlo y abrigarlo rápidamente.

Elegir los productos adecuados

La piel del bebé es extremadamente delicada, especialmente en los primeros días de vida, por lo que es esencial usar productos específicamente diseñados para recién nacidos. El jabón debe ser neutro, hipoalergénico, sin perfumes y con el PH adecuado. No es necesario usar grandes cantidades de productos en los primeros baños, ya que lo más importante es mantener al bebé cómodo y limpio sin alterar la barrera natural de su piel.

La bañera ideal y el espacio adecuado

Hoy en día existen muchas opciones de bañeras para bebés, y cada familia puede elegir la que mejor se adapte a sus necesidades y espacio. Algunas bañeras son plegables, lo que facilita su almacenamiento, mientras que otras incluyen bases o soportes para evitar tener que agacharse demasiado como los catres. 

También es importante verificar el sistema de vaciado de la bañera. Las bañeras con tapón y manguera pueden facilitar mucho la tarea de vaciar el agua al finalizar el baño. 

Podés incorporar un adaptador para que esté apoyado y todo sea más fácil.

Si bien no hay una única bañera «ideal», lo importante es que te sientas cómoda y que la estructura ofrezca un buen apoyo y seguridad para el bebé.

El lugar donde se baña al bebé también puede variar según la comodidad y el espacio de cada hogar. Algunos prefieren hacerlo en el baño, mientras que otros lo hacen en la habitación o la cocina, dependiendo de dónde haya más espacio. Lo importante es que sea un lugar cálido, sin corrientes de aire, y que permita tener todos los elementos a mano. 

Los recién nacidos son muy sensibles a los cambios de temperatura por lo tanto debemos elegir un lugar cálido para bañarlo.

El proceso del baño

El momento del baño debe ser una experiencia tranquila ante a muchos bebés no les gusta. Al sumergir al bebé en el agua, siempre es recomendable comenzar mojando su cuerpo, dejando la cabeza para el final, ya que los recién nacidos pierden calor rápidamente por la cabeza y nos les suele gustar que se la mojen. Es importante sostenerlo con firmeza pero con delicadeza, asegurándote de que siempre se sienta seguro y apoyado.

El objetivo es que el bebé se sienta seguro y cómodo en todo momento y no pase frío.

Es importante controlar la temperatura del agua y si necesitamos incorporar más, hacerlo en la zona de los pies sin tocar al bebé.

Después del baño

Una vez que el bebé está limpio, es importante secarlo de inmediato con un toallón suave y amplio, prestando especial atención a los pliegues de la piel para evitar la humedad que pueda causar irritaciones. 

Es fundamental tener toda la ropa a mano y en ocasiones contar con alguien que la entibie levemente para evitar que esté muy fría. Si hacen esto hay que prestar especial atención a las partes de metal, como cierres, o plástico.

Para algunos bebés, el momento después del baño puede ser una oportunidad para ofrecer la teta antes de ponerles la ropa para calmar su angustia. El contacto piel a piel y la lactancia en este momento pueden calmar al bebé, además de fortalecer el vínculo y proporcionarle una sensación de seguridad.

Pensando en el futuro

A medida que tu bebé crece y se siente más cómodo en el agua, podés empezar a incorporar juguetes para hacer del baño un momento de juego y disfrute. Sin embargo, en los primeros días, lo más importante es crear un ambiente relajado y seguro donde el bebé pueda sentirse tranquilo. 

El primer baño del recién nacido puede generar muchas preguntas y emociones, pero con la preparación adecuada y un enfoque respetuoso hacia las necesidades del bebé, se puede convertir en una experiencia hermosa para toda la familia. Si en algún momento sentís inseguridad o dudas sobre cómo proceder, no dudes en buscar acompañamiento. Como puericultora, estoy para ayudarte a transitar esta y todas las etapas del crecimiento de tu bebé de manera informada, segura y con mucho amor.

Romina Deguer