Cuando amamantamos recibimos mucha y variada información que termina confundiéndonos. A veces es útil y cierta y en ocasiones se basa en comentarios sobre otras lactancias, sobre mitos transmitidos de generación en generación o en simples opiniones
Cada día escucho:
– me dijeron que deje descansar el pecho para que se llene.
– me dijeron que le de solo 15 minutos por teta y que espere 3hs para darle de comer nuevamente. La teta necesita tiempo para llenarse.
– sólo puedo darle 5 minutos de cada teta y después mamadera ya que la teta tanto no produce aún. Más adelante a demanda.
La teta es una glándula que sabe lo que tiene que hacer, forma parte de tu cuerpo, no necesitas intervenir para que sepa como actuar pero sí cuidar como actuamos para no interferir con su funcionamiento.
Por supuesto para que se produzca lecha en su interior necesitamos que se cumplan ciertos pasos.
Podemos imaginarla como una fábrica, nunca como un depósito, si hay demanda produce en este caso necesitamos estímulo correcto y succión adecuada para que se realice la extracción de la leche producida.
Los problemas suelen aparecer cuando intervenimos modificando lo que la naturaleza diseño, por ejemplo colocando horarios a la toma, separando a la mamá del bebé.
Mientras el bebé succione correctamente o el sacaleche o tus manos realicen extracción (hay otros estímulos que también intervienen) producís, no se acaba ni se vacía ni estas obligada a dejar pasar tiempo para que se llene. Si baja un poco la producción de una y tu bebé quiere más cantidad tenés la otra teta para ofrecer.
Si tenés glándula mamaria, no hay ningún problema médico y sale alguna gota de leche no hay que esperar sino actuar.
Si le das a tu bebé una mamadera con fórmula tu cuerpo no recibe estímulo por lo tanto, con el tiempo, baja la producción (acá entran en juego varios factores que van en una próxima publicación) por lo tanto la mamadera «de ayuda» solamente no funciona, tenemos que trabajar en diferentes aspectos, ver qué leche tomará como suplemento, quién se lo dará, de qué forma se administra y al mismo tiempo evaluar prendida, intentar mejorar lo que sea necesario y estimular la producción de leche entre otros temas.
Si hay baja producción tenemos que evaluar que está pasando y comenzar a trabajar mientras vemos la mejor forma de alimentar al bebé. Para esto necesitamos hacer un gran trabajo en equipo.
Hay muchos mitos circulando que terminan afectando la lactancia de muchas mujeres, lamentablemente podemos escucharlos de un familiar, grupo de amigas, vecinos o personal de salud. Por eso es tan importante informarnos para no dudar cuando nos realicen comentarios sobre estos temas. Necesitamos información científica actualizada.
Algunos mitos pueden ser inofensivos y otros muy peligrosos o dañiños.
Romina Deguer